VI Congreso Nacional de Periodismo Digital (Huesca 2004)

 

 

  Internet como fuente de información

 

Resumen:

Este texto analiza la posibilidad de que Internet sea utilizado como fuente de información internacional, permitiendo sustituir algunas de las rutinas habituales de los corresponsales (como su asistencia a ruedas de prensa diarias) por labores de “mesa y navegación en la Red”. Se estudió el caso de Bruselas a través del análisis de contenido de las noticias publicadas durante un año por los corresponsales de El Mundo y El País destinados en esta ciudad.

Abstract:

This paper analyses the pros and cons of Internet as a source of international information, one that might allow foreign correspondents to avoid some of their routines (for example, the assistence to daily press briefings) and to substitute them by more “table and surfing in the web” tasks. Brussels was the case study, through a content analysis of the information published for a year by El Mundo and El País’ correspondents allocated to this city.

Palabras clave:

Corresponsales, Internet, información internacional, Unión Europea, rutinas periodísticas, fuentes

Key words:

Correspondents, Internet, international journalism, European Union, journalist routines, information-sources


1. Introducción

En los últimos diez años, Internet ha evolucionado mucho como fuente de información internacional. En 1994 fueron los seguidores del subcomandante Marcos quienes, de manera sorprendente, dieron a conocer sus intenciones a escala planetaria gracias a la Red, que actuó como vía de contagio global a la prensa. Para los profesionales de la información que trabajaban fuera de México, durante aquellos meses de auge zapatista la Red fue una de sus mejores fuentes, y hay quien atribuye a este canal una buena cuota del triunfo –al menos de cara a la opinión pública- que tuvo aquel movimiento1.

Años más tarde la Red tuvo el honor convertirse en cuna de exclusivas, como sucedió cuando el mundo entero miró a la página web del atípico periodista Matt Drudge, que publicó en primicia en su espacio digital lo que sería el germen de la historia Lewinski2. No obstante, los más aficionados a encontrar puntos de partida suelen señalar que fueron los atentados del 11 de septiembre los que marcaron un antes y un después en la consideración de Internet como fuente. Como destaca el informe One year later: September 11 and the Internet3:

“En los días que siguieron a los ataques, la Web proporcionó un amplio catálogo de hechos relacionados con el 11/9, hechos que iban desde testimonios de testigos presenciales de Nueva York, Washington y toda la nación a informes gubernamentales y análisis de expertos y aficionados. Con el mundo entero poniendo los ojos en un pequeño número de sucesos relacionados, muchos asumieron el rol de periodistas amateurs, buscando fuentes y a menudo reuniendo estas ideas para otros. Lo más sorprendente, quizá, fue el amplio número de relatos de aquellos que habían presenciado el colapso del World Trade Center, o de alguna manera tuvieron conocimiento de primera mano de los hechos que rodearon este suceso. En algunos sitios estos relatos, fotos y comentarios fueron recopilados y catalogados por personas que se encontraban fuera de los canales del periodismo tradicional”.

Después del 11-S, la guerra de Irak ha dado también numerosas muestras de lo mucho que Internet puede ayudar a aquellos usuarios –y periodistas- que quieren saber lo que de verdad pasa en el mundo, y no sólo lo que las instancias oficiales dicen que pasa4.

A pesar de todas estas evidencias positivas, la abundancia de bulos, informaciones no contrastadas, imágenes manipuladas y trabajos pseudo-periodísticos en la Red hace que se hable muy bien de ella como fuente global, casi utópica, pero muy mal cuando se desciende a la práctica periodística cotidiana. Las encuestas realizadas al gremio muestran cómo todavía se desconfía bastante en la Red como fuente. Así, el profesor Pere Masip ha estudiado su uso como tal en las redacciones catalanas. Poco más del 5% de trabajadores consultados por este profesor optaban por Internet como primera fuente de información; la mayoría acudían a ella sólo para contrastar o cuando tenían la seguridad de que encontrarían la información que precisaban5.

En el caso de la información internacional, la cuestión es todavía más candente. Cuando el hecho ocurre lejos, tanto el periodista como el usuario están desprotegidos: no tienen modo de contrastar los datos de manera personal, ni a través del contacto con círculos cercanos que lo hayan conocido o presenciado6. Ese tradicional papel de los medios como “creadores de la imagen del mundo exterior” parece conferir a los corresponsales en el extranjero siempre el doble de responsabilidad: la responsabilidad “diaria” y la responsabilidad “histórica”. Por eso hay quien advierte -como Ryschard Kapucinski-, contra la deshumanización en la que puede caer el trabajo del corresponsal con las nuevas tecnologías7, mientras otros –como J. M. Hamilton y E. Jenner8– observan que hay que desterrar sin complejos la vieja imagen del corresponsal (esa figura glamurosa, a caballo entre el diplomático-espía y el aventurero), y aceptar que las nuevas tecnologías están democratizando el puesto, porque ahora un turista con un teléfono móvil avanzado puede hacer una fotografía en un país lejano que se convierta en exclusiva mundial.

Para evitar polémicas, avancemos que este análisis no trata de demostrar que la figura del corresponsal puede sustituirse por la de un redactor de mesa conectado a sitios remotos. Antes bien, lo que ha animado esta investigación es la creencia de que los corresponsales pierden, en rutinas que podrían suprimirse gracias a la Red, un tiempo precioso para dedicar a investigaciones en profundidad sobre otros temas aún más interesantes que, seguramente, nunca comuniquen alegremente las fuentes oficiales.

2. Metodología

Tomando como referencia la metodología empleada por Robert L. Stevenson y Donald Lewis en Las noticias internacionales y el nuevo orden en la información mundial9, se emprendió un análisis de contenido para determinar hasta qué punto la Red es útil como fuente en el mejor entorno posible, entendiendo que éste podría ser Bruselas por varios motivos:

a) Siempre en busca de la eficiencia, los periodistas muestran una clara preferencia por las fuentes que han resultado adecuadas en el pasado y que se muestran productivas, fiables y veraces, gozando además de autoridad y elocuencia10. Trasladando esta tesis a la Red, serían las grandes instituciones con potente presencia digital las que más opciones tienen de ser consultadas por los periodistas a través de Internet, frente a otras desmarcadas de la esfera de poder, irregulares y menos conocidas que ofrezcan sus informaciones en “pequeñas” páginas web.

b) En este destino los corresponsales están más ligados a una institución (ya sea de la Unión Europea o de la OTAN) que a un país y su cambiante evolución diaria (con sucesos que pueden tener lugar en distintas ciudades u originarse en muy distintos ámbitos, desde un crimen hasta un hallazgo científico).

c) Las instituciones presentes en Bruselas tienen una fortísima presencia en la Red. Sólo las páginas web servidas por la Unión Europea ponen en bandeja a la prensa, cada día, cientos de documentos, comunicados y archivos de vídeo y audio que consultar. Su servicio, a pesar de los fallos, es de los más avanzados que existen, y bien podría decirse que si a un periodista esas páginas web no le sirven, pocas lo harían11.

Se procedió a un doble análisis. Primero se estudiaron todos los artículos publicados por los corresponsales de El Mundo y El País en Bruselas durante un año (de julio de 2003 a junio de 2004). La muestra resultante, siguiendo a Stevenson y a Shaw, fue de ocho semanas (56 días) y 293 noticias.

En segundo lugar se procedió a la búsqueda de las “unidades de registro digitales”, de muy diverso tipo y que podríamos describir como “documentos o archivos de texto, audio o vídeo emitidos por las fuentes y que comunican -o presentan a personajes que comunican- un hecho novedoso propicio a ser convertido en noticia por los medios”. Los registros digitales (se encontraron 125) son en realidad “archivos-fuente” o “registros-fuente”, cubren un amplio espectro que va desde archivos de videoconferencia hasta las tradicionales notas de prensa, ahora enviadas por e-mail o presentadas en la Red, y fueron tenidos en cuenta cuando se consideró que podían haber funcionado como precursores de alguna de las unidades de registro papel (noticias) analizadas.

Así, ante la noticia “Ahern aplaza hasta finales de este mes la designación del presidente de la Comisión”12, publicada por el diario El Mundo, se realizó una búsqueda en Internet que determinó que la nota de prensa publicada por la presidencia irlandesa “Discussions on a New Commission President Adjourned until after IGC” podía ser considerada como archivo fuente de la misma, pues daba cuenta de idéntico asunto.

Unidades de registro digital y unidades de registro papel fueron sometidas a un posterior “careo” para comprobar que efectivamente, y lejos de la apariencia inicial, unas podían considerarse precursoras de las otras. Las variables que se tuvieron en cuenta para efectuar la comparación pueden consultarse en la Tabla 1 13.

Tabla 7

 

3. Resultados

La Red, a priori, es una fuente nada menospreciable de información. Para un 55,97% de las noticias analizadas, más de la mitad, se encontró su registro-fuente digital, es decir, una nota de prensa, archivo de audio o vídeo que fue difundido en la Red con relación al asunto que, después, los medios convirtieron en noticia.

No obstante, el porcentaje de los archivos digitales que resultaron realmente útiles como fuentes desciende cuando se entra en detalles. Sólo en un 50,85% de los casos los registros digitales, además de presentarse en Red, lo hicieron en una fecha válida14, es decir, el día anterior a la aparición en el medio de la noticia en cuestión, de modo que el corresponsal la hubiera podido utilizar.

Cuando se analiza la clave ambiental (la presencia en el artículo de detalles o aspectos circunstanciales que son necesarios para la comprensión real de lo acontecido), el porcentaje de registros digitales útiles desciende al 47,44%. Por último, sólo en un 37,20% de los casos las noticias encontradas se correspondieron con una fuente digital que, además de cumplir todos los requisitos anteriores, contenía la necesaria clave informativa. Se trata de ese dato o declaración suficiente y necesaria que el corresponsal convierte en germen de su noticia y sin el cual ésta no existiría.

Tabla 2 - variables

 

Así pues, el primer paso que hay que vencer para la existencia de un registro digital útil es su presencia en Internet (un 44.03% de las noticias simplemente no lo tienen). Una vez que ese registro existe, el factor que más merma su utilidad es la frecuente ausencia de clave informativa (reduce el número de registros adecuados un 10.42%). Es decir, puede que las fuentes presenten un archivo o nota de prensa digital en la Red; sin embargo, ese archivo no contiene el dato necesario y suficiente para la elaboración de la noticia, sino otros que el periodista considera de menor interés.

En definitiva, un 37,20% de las noticias que redactaron los corresponsales destacados en Bélgica pudieron haberse elaborado, desde cualquier otro lugar del mundo, con un PC conectado a la Red. El porcentaje demuestra que la figura del corresponsal es insustituible, pero también que Internet ya no puede menospreciarse como fuente y que puede servir de enorme ayuda en casos como los de las pequeñas redacciones locales que no disponen de medios para enviar personal al extranjero.

De hecho, un análisis de probabilidades condicionadas15 demuestra la falsedad de una creencia bastante generalizada: que “lo verdaderamente importante no se encuentra en Internet”. Los artículos para los que resultó menos probable encontrar un registro digital correspondiente fueron los de la categoría de importancia “baja”. Frente a ese escaso porcentaje, la mayor probabilidad de obtener una noticia en Internet se da cuando ésta es de importancia “extremadamente alta”: con titular y entradilla en portada, así como con elemento gráfico y extensión máxima (46.15%).

Tabla 3 - variables

Asimismo, puede observarse que es más probable hallar precedente digital para noticias de importancia “muy alta” que para noticias de importancia “muy baja”. Tomadas en su conjunto, las noticias de rango extremadamente bajo a bajo muestran una probabilidad de verse precedidas por registro digital del 33,34%. En las noticias de rango alto a extremadamente alto, la probabilidad es de 44,55%.

El análisis de la variable “Importancia” en el caso de los registros digitales muestra que acaban convirtiéndose en noticia principalmente aquellos de extensión grande (54,4% cumplen esta característica), completados por gráficos o archivos adjuntos (62,4%) y publicados en más de cuatro idiomas europeos, incluido el español (42,4%%). Es evidente que a un “aviso” de mayor importancia por parte de las fuentes, la prensa suele contestar con la elaboración de una noticia. No obstante, la relación no es automática, principalmente porque en ocasiones lo que es importante para España (y para los periodistas españoles) puede no serlo tanto para el resto de la Unión.

La relación ámbito-presencia en Internet muestra que cuando la noticia se refiere a las organizadas e informativamente abiertas instituciones comunitarias, la probabilidad de presencia digital aumenta, llegando al 38,55%, mientras desciende cuando se refiere a otros ámbitos como el nacional belga (27,78%) y sobre todo a la OTAN (23,08%). Se trata de datos lógicos si se tiene en cuenta la variable “origen” de los registros digitales. Ésta muestra claramente que son las instituciones comunitarias, y especialmente la Comisión Europea (hasta un 55,2% de los archivos digitales tienen su origen en esta institución), las que llevan a cabo una política de información digital más activa, canalizando en buena medida la actividad de los corresponsales.

Tabla 4 - variables

La lección que puede extraerse de ello es que para encontrar la información en Internet, tiene que tratarse de temas “regulares” o “habituales”, difundidos a través de los cauces oficiales, y sobre todo existir capacidad y voluntad de comunicarlo en la Red por parte de las fuentes (y en este sentido la política informativa siempre ha sido más abierta en la UE que en la OTAN).

Tabla 5 - variables

En efecto, la voluntad de las fuentes-actores es importante a la hora de encontrar una información en Internet. Es mucho más frecuente hallar registros-fuente digitales si la clave principal de la noticia es positiva (es decir, si se está contando una buena nueva) que si se está narrando algo negativo, que las fuentes puedan querer ocultar. Y, sobre todo, la probabilidad más elevada de obtener una noticia en Internet se da cuando ésta hace referencia a un asunto neutro, al margen de valoraciones de ningún tipo.

Conclusión

Los datos obtenidos mediante el análisis de contenido permiten extraer conclusiones positivas y negativas:

+ Un elevado porcentaje de noticias (56,47%) se correspondió con un registro-fuente en Internet, lo que obligaría hasta al más tecnófobo a reconocer que la Red ya no puede despreciarse como campo para buscar información.

Un medio local que no pueda permitirse el desplazamiento de un corresponsal a Bruselas ha de saber que consultando diariamente la Sala de Prensa Digital (SPD) de la Comisión, la del Parlamento Europeo durante las jornadas que se celebran sus plenos, y la de la REPER cuando hay un Consejo de ministros, tiene buena parte del camino adelantado, y podrá ofrecer a sus lectores al menos las grandes decisiones oficiales tomadas ese día en la capital belga.

– Algunas carencias de los registros digitales encontrados dejan el porcentaje de los que son verdaderamente adecuados en el 37,20%. Influyen negativamente la tardanza en ser publicados (aparecen en la Red después de que el periodista ya haya enviado al rotativo su pieza informativa), la ausencia de claves ambientales (detalles imprescindibles sobre el modo en que ocurrieron las cosas o se efectuaron ciertas declaraciones) y sobre todo la ausencia de la clave informativa pertinente.

Esta clave -dato o declaración suficiente y necesaria para la elaboración de la noticia- hace descender un 10% el porcentaje de registros digitales útiles. Su importancia radica en que mientras los dos elementos anteriores (clave ambiental y fecha) pueden mejorar en el futuro con el avance de los servicios de prensa por Internet, la clave informativa seguramente no lo haga. Se trata en muchas ocasiones de un dato incómodo que las fuentes preferirán no divulgar.

+ En la Red se encuentran archivos-fuente de todo tipo: carentes de interés, de interés medio, de interés alto… No obstante, es preciso aclarar que las notas de prensa que dan lugar a las noticias más importantes sí pueden encontrarse en la Red, lo que desmiente la creencia popular de que un periodista se pierde lo más importante si pretende encontrarlo a través de la pantalla de su ordenador.

Las informaciones de relevancia “extremadamente alta” son las que tienen una mayor probabilidad condicionada de presentar correspondiente digital (55,56%). Tomadas en su conjunto, las noticias de rango extremadamente bajo a bajo muestran una probabilidad de verse precedidas por registro digital del 33,34%. En las noticias de rango alto a extremadamente alto, la probabilidad es de 44,55%.

– El peligro de las noticias que se difunden vía Internet es su carácter positivo hacia la institución, entidad o persona que las transmite. En la Red no se encuentran notas sobre asuntos de corrupción o enfrentamiento internos; se difunde la idea del “todo va bien”.

Las noticias narradas en clave negativa presentan una probabilidad condicionada de ser halladas en Internet del 28,84%; las noticias con clave positiva, del 45,89%. Pero, sobre todo, la noticia se divulga en Internet especialmente si relata un acontecimiento neutro, poco dado a la polémica o a las interpretaciones valorativas (probabilidad condicionada del 75,09%). Una dependencia exagerada de la Red como vía de encuentro con las fuentes podría, por lo tanto, llevar a un periodismo en exceso sumiso y aletargado.

+ La gran variedad de registros digitales encontrados (archivos de vídeo y audio, documentos en formato Word, PDF, Html, etc.) y la calidad de los sitios web en los que se publicaron muestra que la Red como fuente ha evolucionado de manera notable, ofreciendo al periodista datos de indudable interés.

– El hecho de que un 92,8% de esos datos procedan de páginas web de las propias instituciones sobre las que se informa, y no de actores alternativos (ONGs, fundaciones, universidades o centros de análisis) arroja un jarro de agua fría sobre las expectativas de la Red como fuente democrática y universal. En el ciberespacio, siguen informando prioritariamente los mismos.

Este análisis se ha realizado en un ámbito deliberadamente apropiado como es Bruselas, sometido a un alto grado de informaciones rutinarias y donde las grandes instituciones bien organizadas tienen un peso relevante. Cuando el tema tratado por los corresponsales se aparta de esa rutina institucional, la probabilidad de encontrar registros digitales útiles desciende. Analizar la utilidad de Internet como fuente en escenarios mucho más caóticos (guerras o desastres naturales, por ejemplo) escapa al marco de este análisis pero presenta sin duda un interesante caso de estudio. Para muchos, la mera posibilidad de plantearlo será una aberración (¡¡seguir una guerra a distancia!!); para otros, el dirigismo informativo ya se está produciendo en los conflictos internacionales (léase Irak, por ejemplo), con corresponsales siguiéndolas desde las salas de prensa de sus propios hoteles. Pero ese es otra historia, y debe ser analizada en otra ocasión.


1. Para un análisis a fondo sobre la repercusión mediática del movimiento zapatista, leer Galindo, J.: “Comunidad virtual y cibercultura. El caso del EZLN en México”, Estudios sobre las culturas contemporáneas, época II, volumen III, nº 5, junio 1997, p. 9-28.

2. La revolución que supuso la decisión de Matt Drudge -luego seguida por el juez del caso, Kenneth Star, que también optó por volcar en la Red su informe sobre la actuación política de Bill Clinton-, ha sido bien descrita por Carmen Peiró. Peiró, C.: “Els diaris electrònics inventen el periodisme digital”, Capçalera, nº 97, noviembre 1998, p. 17-18.

3. Rainie, L., Fox, S., y Madden, M..: One year later: September 11 and the Internet, Pew Internet&American Life Project, Washington, 2002, p. 29. [Disponible en Internet: http://www.pewinternet.org/reports/pdfs/PIP_9-11_Report.pdf, consultado el 20-XII-2003].

4. Como uno de los muchos ejemplos existentes, puede leerse: Bosco, R y Caldana, S.: “Internet ofrece otra perspectiva del asedio y destrucción de Faluya”. Ciberpaís, 2 de diciembre de 2004.

5. Masip, P. (2003): “Presencia y uso de internet en las redacciones catalanas”. En Zer, 2003, p. 36

6. La visión del mundo como imagen “literaria”, no real, puede consultarse ya en Boulding, K. (1967): “The learning and reality-testing process in the International System”. En Journal of International Affairs, vol. XXI, nº 1, p. 9.

7. Kapucinski, R.: “¿Reflejan los medios la realidad del mundo?”, en Etcétera (http://www.etcetera.com.mx/pag87ne25.asp). Noviembre de 2002.

8. Hamilton, J. M. y Jenner, E. (2003): “The new foreign correspondence”. En Foreign Affairs, vol. 82, nº 5, septiembre/octubre, pp. 131-138.

9. Stevenson, Robert. L. y Shaw, D. L. (1985): Las noticias internacionales y el nuevo orden en la información mundial, Colección Ciencias de la Comunicación, Mitre, Barcelona.

10. Cfr. Gans, Herbert J. (1979): Deciding What´s News. A Study of CBS Evening News, NBC Nightly News, Newsweek, and Time, Pantheon Books, New York, pp. 128-131.

11. La corresponsal Gabriela Cañas publicó en El País un artículo detallado sobre la desorganización de las páginas web de la UE. Cañas, G.: “El portal ‘Europa en línea’ reproduce en Internet la maraña administrativa de la UE”, Ciberpaís, 30-08-2001. [Disponible en Internet: http://www.ciberpais.elpais.es/d/20010830/cibersoc/soc1.htm. Última consulta: 13-08-2004].

12. González, J.C.; Cruz, M. y Segovia, C.: “Ahern aplaza hasta finales de este mes la designación del presidente de la Comisión”, El Mundo, 19 de junio de 2004.

13. Se omiten aquí las meramente informativas: titular, autor, sección y medio o sitio web en el caso de registros papel y registros digitales, respectivamente.

14. Lo que excluye a los archivos digitales con fecha “inválida” o “desconocida”.

15. Este recurso estadístico se basa en la realización de un cálculo tras incorporar información adicional a la situación de partida de una probabilidad determinada. Así, la probabilidad de que suceda un acontecimiento B cuando se ha dado anteriormente el suceso A es el cociente que resulta de dividir la probabilidad del suceso simultáneo de A y B entre la probabilidad a priori de A. Es norma habitual ofrecer las probabilidades en tanto por ciento (%).