Estas preguntas, que la Universidad de Oxford realiza a algunos solicitantes de ingreso, hacen pensar.
¿Las aceptaríamos aquí? ¿Estarían los estudiantes preparados para contestar?
- ¿En qué se parecen Enrique VIII y Stalin?
- ¿Cree que el feminismo ha muerto?
- ¿Cómo describiría a un habitante de Marte?
- ¿Cómo reduciría los crímenes cometidos por la arquitectura moderna?
- ¿Era impulsivo Romeo?
- ¿Puedes imaginarte un mundo sin leyes?
- ¿Por qué Enrique VIII llamaba a su hijo Arturo?
- ¿Usar uniforme escolar es un atentado contra los derechos humanos?
- ¿Qué hace una mujer fuerte?
- ¿Por qué no hay un gobierno a nivel mundial?
- ¿Fue Shakespeare un rebelde?
- ¿Es la naturaleza natural?
- ¿Cuál es tu poeta metafísico favorito?
- ¿Es el ángel del Señor la reencarnación de Jesús?
- ¿Es la religión una emoción?
- ¿Cuál es la diferencia entre la compra y la venta de esclavos y la compra y venta de jugadores de fútbol?
- ¿Por qué consideras que Toys R Us es un negocio que se hunde?
- ¿Cuándo se muere una persona?
- ¿Hay demasiada gente en el mundo?
- ¿Por qué está usted sentado en esta silla?
- ¿Cómo viajaría a través del tiempo?
- ¿Es la Biblia un libro de ficción?
- ¿Qué problemas tiene pescar debajo del agua?
- ¿Cuál es tu lista negra de libros?
Dice una alumna española que las ha superado (convirtiéndose en Oxbridge) que la única clave es responder «con sentido del humor, imaginación y aplomo además de tener muy presente que estas instituciones buscan motivación y pasión por el estudio». Pues eso.